domingo, 20 de noviembre de 2016

Y yo te pregunto

¿Qué estás dispuesto a perder,
por ser quién quieres ser?

Te pregunto, 
me pregunto, 
¿qué harás cuando el tiempo
te comience a envejecer?

No quieres perder,
solo huir, correr,
negar lo que eres,
¿por qué? 

Exclamo la evidencia, 
que la decadencia,
te convierte en tristeza,
¡maldita sea! Despiértame. 

Quiero entender,
y detener
la niebla que cubre 
nuestro ser.

Quiero renacer
en vida,
que corran las manecillas
y diga:
''no me importa
crecer''.

Y ahora lo sé,
y es que perdería casi todo
por sentirme llena
otra vez. 



lunes, 24 de octubre de 2016

¿Quiénes éramos entonces?


Cuando cualquier chorrada se convertía en una excusa para desear infinitamente escapar del planeta. 
Cuando descubrimos que nos interesaba todo menos la realidad y queríamos vivir en otra galaxia. 
Cuando nos divertía sentir que no pertenecemos a esto. 
Cuando las noches eran maravillosamente eternas y los días asquerosamente cortos. 
Cuando la vida se presentaba gris pero la convertíamos en cualquier color. 
Cuando empezaba a ver bello lo que antes me parecía amargo. 
Cuando aprendimos a ser valientes y a mostrar debilidades sin miedo. 
Cuando las emociones y los sentimientos brotaban de mi cuerpo y me sentía medio llena. 
Cuando lo correcto era nuestro enemigo y la rebeldía nuestra mejor compañera. 
Cuando empezamos a dejar de fingir que nada nos importaba. 

Supongo que cuando éramos nosotros mismos. Cuando era yo. 


  

martes, 27 de septiembre de 2016

Polivalente

Tiempo tormentoso,
lluvia gélida,
esa que me muestra
tu verdadera
cara

Muerte lenta
cuando
tu rostro alimenta
mis entrañas

En tus ojos,
la inquietud de
las ideas
el peso de cada
una de las hebras
que sujetan mi
alma

La sensación del
descuido
porque no haces
ningún ruido
más que en este
pecho roto e
insatisfecho

Y yo te miro
y tú me miras
y lo intangible,
lo irreal
se convierte en
mi destino

¿Pero qué destino?
Si mis ojos destilan
lluvia
desde que se cerraron
al camino.




viernes, 26 de agosto de 2016

Eros

Hubo un tiempo en el que solo deseaba amar. 
Amarme.
Amarte. 

Hubo un tiempo en el que solo deseaba sentir,
y no me importaba lo que fuera:
Dolor, 
éxtasis, 
tristeza. 

Quería sentir. 
A veces quería sentirte. 

Pero yo solo estaba empezando a morir. 
Y no lo sabía. 


La eterna balada

En mi estómago ruge la eterna balada.

Ella dice algo, ¿qué dice? 
No la entiendo
y mi mente ha sufrido un colapso
un bloqueo 
que me impide estar aquí
cuando debo.

¿Mi templo? 
lo tengo,
sin embargo,
he perdido 
mi cerebro.

A veces olvido cómo hablar
y solo asiento
tras sentarme 
en la eterna nostalgia,
acompañada de la eterna balada 
en el infierno.

Es un lugar cómodo,
es sincero,
tan frío y cruel,
tan muerto.

Y es por ello 
que no encuentro
salida,
porque no soy mi amiga
y saboteo
cada huida.

Me abandono
a mí misma
cuando escucho
la balada;
no habrá futuro
si no decido 
pararla. 








jueves, 14 de abril de 2016

Fuera de sí

Aquella mañana abrí los ojos y comprendí que mi vida era el mayor sin sentido que había conocido en mis años de existencia. Un sin sentido abstracto y ambiguo.
Hacía sol. Bueno, la verdad es que no sé si hacía sol. Las persianas estaban bajadas y era demasiado temprano como para saberlo. Pero quería imaginar que hacía sol, que era un buen día.
Llega un punto en el que descubres que entre el blanco, el negro, y la gran variedad de grises con los que se te puede antojar la vida, está un color desconocido que no puedes percibir. Metafóricamente hablando, claro. Es el color que provoca que la tristeza no sea tristeza, ni que la alegría sea alegría. Es eso, no son. Como si no estuvieran. Y doy por hecho que no es vacío.
El estado interior se pone en modo reposo. Esperando algo de forma inconsciente. Un poco de energía, un poco de lo que sea que lo reanime. Inútilmente.
Estaba tumbada en la cama. No quería moverme de allí. Y por momentos me preguntaba si ese cuerpo sin vida era yo. Lo dudé unos instantes. Fue un acto involuntario.
Me recorrieron varios escalofríos. Estaba confirmado. Era mi cuerpo.
Las relaciones sociales corrientes son aburridas. La mayoría finge que le interesas por beneficio propio. Puede que quieran tus consejos, tu compañía, algo de ti: para ayudarse a sí mismos, para sentirse bien. El ser humano es egoísta, y solo el amor puede cambiarlo.
Me di cuenta de lo cansado que es fingir. Es cansado mostrarle al mundo lo que quieres que vea y fingir que no hay nada más detrás de esa cara.
Aunque no necesites la aprobación de nadie, aunque seas capaz de aislarte sin problema alguno. Supone un gran esfuerzo.
Tras un tiempo de indecisión, salí de la cama. Y no había nada más ahí fuera.
Nada desconocido. Nada que me impresionara. Nada capaz de producir una mísera ilusión en mis entrañas.
Así que me hice un café y volví a la rutina, sin cuestionarme por qué.


jueves, 31 de marzo de 2016

¡Despierta! Deja de dormir

Mi destino era anclarme a lo efímero. 
¡Despierta! Deja de dormir.

Mi destino era anclarme a lo efímero.
¡Despierta! Deja de dormir.

Mi destino era anclarme a lo efímero.
¡Despierta! Deja de dormir.


Y ni aún repitiéndolo mil veces,
sería consciente. 



lunes, 14 de marzo de 2016

Sin tiempo

Paseaba y sonreía
y parece mentira
si la vida era gris.
Y no quiero pensar 
en el ayer
ni hoy ni mañana.

Ya que ahora
somos extraños
hasta de nosotros.
Y ni tú ni yo
somos conscientes.


jueves, 25 de febrero de 2016

Frágil

Qué interminable es la ausencia. Qué interminable la ausencia de una misma. Cuantos adiós. Tantas despedidas que no avecinan nuevos saludos.
En el punto. En el mismo punto de siempre. Un cuarto de espejos que te engaña. A ti y al resto. Atrapada. Atrapados. Con puertas, sin visagras. En el cielo, sin paracaídas. 
Y aún sin estar completamente, qué feliz soy de estar aquí. No quiero huir. Ahora no.




domingo, 31 de enero de 2016

Conversaciones

No me preguntes
por qué no te digo
lo mucho que te amo.
Porque
los soñadores susurran
con la boca cerrada
y los ojos abiertos.



Somos libres

Es la forma en la que miras a la otra persona y cómo te ves reflejado en ella. 
Como si su alma hubiera atrapado a la tuya antes de haberte conocido. Quizá esas sean cuerdas imposibles de eliminar aún habiendo roto todo lo que os unía. Por muchos años que pasen, el corazón no conoce el tiempo. Si duele hoy, seguirá doliendo mañana. Hasta que aflojes la presión y te acostumbres al dolor que producen las cuerdas. Por ese entonces, aunque tu interior grite a voces que no es cierto, te dirás a ti mismo "sí, soy libre".



jueves, 7 de enero de 2016

Y aquí estoy ahora

Lo supe. Me convertí en una hoja de papel. Era frágil, era frágil y cortaba. Ahí fuera hacía tanto daño como me lo hacía a mí misma. Solo pude apartarme. Alejarme. No quería huir pero tampoco vi otro remedio. Necesitaba dejar de odiar y de odiarme. Así me fui.