jueves, 25 de febrero de 2016

Frágil

Qué interminable es la ausencia. Qué interminable la ausencia de una misma. Cuantos adiós. Tantas despedidas que no avecinan nuevos saludos.
En el punto. En el mismo punto de siempre. Un cuarto de espejos que te engaña. A ti y al resto. Atrapada. Atrapados. Con puertas, sin visagras. En el cielo, sin paracaídas. 
Y aún sin estar completamente, qué feliz soy de estar aquí. No quiero huir. Ahora no.